Tomado
del Libro: “María, Maestra de los Apóstoles de los Últimos Tiempos,
Tomo I, Consagración a Mi Inmaculado Corazón” (Ene 2010)
Revelaciones dadas a Agustín del Divino Corazón – Manizales, Colombia
Revelaciones dadas a Agustín del Divino Corazón – Manizales, Colombia
Día 20. Preparaos para el segundo Pentecostés[1]
Enero 11/2010 (7:00 am)
Enero 11/2010 (7:00 am)
“Hijos carísimos: El
segundo Pentecostés vendrá, porque algunas almas se han ofrecido como
víctimas, como pequeños pararrayos del gran Pararrayos que es
Jesucristo, Víctima Divina. El segundo Pentecostés vendrá,
porque Mi ejército victorioso siempre se mantendrá en pie; el adversario
nunca podrá derribarlo. El segundo Pentecostés vendrá como susurros de
brisa suave; brisa que humedecerá la tierra árida; brisa que
transformará el desierto en un manantial de aguas abundantes; brisa que
hará florecer valles resecos y marchitos; brisa que dará mayor verdor a
los árboles; brisa que servirá como abono para que la cosecha dé frutos
abundantes. El segundo Pentecostés vendrá para purificar la
Iglesia. Iglesia que se volverá diáfana, limpia. Iglesia que vivirá
humilde y pobremente. Iglesia que imitará las virtudes
de su Madre Virginal. El segundo Pentecostés vendrá para Jesús instaurar
Su Reino de Amor entre vosotros. Reino que no es como los de la Tierra;
Su Reino es un Reino de Paz y de Justicia, Reino de Misericordia y de
Bondad infinita. El segundo Pentecostés vendrá para dar al
mundo el orden para el cual fue creado; mundo actual: apartado de las
Leyes de Dios, secularizado, encaminado a la consecución del placer y de
los bienes materiales.
El
segundo Pentecostés vendrá, y el Espíritu Santo descenderá con ímpetu y
fuerza para que Jesús sea mayormente amado y conocido. El
segundo Pentecostés vendrá, porque habrá un solo rebaño y un solo
Pastor. Yo, como Madre de la Iglesia, seguiré guiando la vida de Mis
hijos. El segundo Pentecostés vendrá, una vez la Iglesia haya
sido purificada y renovada por grandes sufrimientos; cuando aplaste con
Mi Talón la cabeza de la serpiente, las puertas del Infierno se cerrarán
y el mundo nuevo vivirá como si no existiese el pecado. El
segundo Pentecostés vendrá para liberar al mundo del yugo del pecado y
de satanás; liberación que se dará por medio de la gran Purificación y
del Castigo; purificación que dará fin a la humanidad
pecadora. Purificación que abrirá las puertas de la Nueva Jerusalén.
Purificación que volverá al orden primero de la Creación, porque muy
pronto veréis Cielos nuevos y Tierra nueva.
El
segundo Pentecostés vendrá, para dar muerte al dragón rojo y a la
bestia negra; porque la Iglesia, después de haber pasado por una
horrorosa crisis, volverá a renacer, resplandecerá en su plenitud.
El segundo Pentecostés vendrá, porque una porción amada, el resto fiel,
no se dejará tambalear por las fuertes tormentas ni por los vientos
impetuosos que soplen sobre ella. Yo la esconderé en Mi Inmaculado
Corazón, la ocultaré del adversario, la conservaré intacta, pura. El
segundo Pentecostés vendrá, porque es necesaria la purificación para la
Iglesia; es urgente el segundo advenimiento de Jesús. Muchas almas se condenarán si el tiempo no es abreviado.
El segundo Pentecostés vendrá, porque son muchas las almas que no
atienden al llamado de la conversión; son muchas las almas que
desprecian los Sacramentos; son muchas las almas que hieren el
Sacratísimo Corazón de Jesús con su pecado, con su desobediencia a las
Leyes y Mandatos Divinos. El segundo Pentecostés vendrá, después
que la Iglesia haya pasado por un Viernes Santo; Viernes Santo que la
llevará a su máxima purificación; Viernes Santo que la sumirá en un profundo sufrimiento para llevarla al nivel más alto de perfección.
Hijos amados: Preparaos para el segundo Pentecostés, Consagrándoos a Mi Inmaculado Corazón, perteneciendo al ejército victorioso de los Corazones Triunfantes. Preparaos para el segundo Pentecostés, promoviendo
el Apostolado de Reparación. Apostolado que, unido a la Consagración,
antepondrá el Triunfo de Mi Inmaculado Corazón. Triunfo que se dará en
el mismo instante del segundo regreso de Jesús. Preparaos
para el segundo Pentecostés, adorando a Jesús, Presente en la Sagrada
Eucaristía. Eucaristía que os dará fuerza en este tiempo de tribulación. La
Eucaristía os dará coraje para enfrentar la gran prueba; prueba que
involucrará a la humanidad entera; prueba que precederá a la Nueva
Jerusalén. Preparaos para el segundo Pentecostés, orando la
corona del Santo Rosario; corona que os revestirá de Gracia para que no
cedáis a la tentación y por ende al pecado; corona que Me impulsará a
protegeros como una buena Madre cuida de Sus hijos; corona que unirá
vuestro corazón a Mi Inmaculado Corazón, para que así sintáis Mi
Presencia en los días aciagos que os esperan.”
Virtud del Recogimiento[2]
“Regocijaos
en el Señor y disfrutad de la dicha verdadera. Regocijaos en el Señor y
aspirad Su fragante Nardo. Regocijaos en el Señor y vuestro espíritu
volará al Cielo. Regocijaos en el Señor y vuestro corazón se inflamará
de amor por Su Presencia. Hijitos Míos, evitad la distracción,
el ruido; internaos en el espesor del Sagrado Corazón y descansad en Él.
Escuchad Sus Latidos; Latidos que son como sinfonías celestiales que os
arrullan; Latidos que son como cantos de Ángeles que son suave
melodía; Latidos que son murmullos de Nuestro Señor para que Lo améis,
Lo adoréis, Lo alabéis y Lo glorifiquéis. Cuando estéis frente al Señor,
no pensad en nada; silenciaos exterior e interiormente, al principio os
costará pero iréis aprendiendo hasta que seáis alma contemplativa.
En el recogimiento podréis hablarle a Jesús de corazón a corazón. Él os hablará muy en la profundidad de vuestro corazón.
En el recogimiento os salís del ámbito terrenal para adentraros en una
esfera celestial. En el recogimiento, el Espíritu Santo os soplará más
fuerte, descenderá con ímpetu, os cubrirá con Sus Alas de color plata. En el recogimiento os olvidáis del tiempo; el reloj cesa, deja de marcar la hora, cruzáis el umbral de la eternidad.
Sed, pues, almas recogidas; almas que pidan Mi Intercesión para que el
Señor os conceda esta virtud. Cuando estéis orando, desconectaos con el
mundo que la oración es un diálogo, un encuentro recíproco de amor. Sed
galantes, reverentes; abismaos en el Señor, sentidle en vuestro corazón,
cubridle con vuestros besos. Estáis en Él y frente a Él. No os dejéis
robar este bello momento. Lo que hoy es, mañana puede ser una ilusión,
un espejismo, una quimera. El recogimiento es descanso, sosiego, éxtasis
de amor.”
—Termina con el rezo del Santo Rosario, las Letanías y la oración final.
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[1] Agustín del Divino Corazón, Libro 12, ‘María, Maestra de los Apóstoles de los Últimos Tiempos, Tomo I, Consagración a Mi Inmaculado Corazón, Día 20’.
[2] Agustín del Divino Corazón, Libro 7, ‘María, Arca de la Salvación’. Mensaje de María Santísima en fecha: Diciembre 16, 2008.
Nos puedes encontrar en:
www.guerrerosdemaria.com
www.ejercitomarianofm.caster.fm
www.bancodeoracion.com
www.miliciadeguadalupe.blogspot.com
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