Cuarto Misterio, Habla Dios Padre,
Hijitos Míos, estáis viendo cómo alrededor del mundo se están sucediendo muchas cosas que os están quitando la calma, que os están quitando vuestro bienestar personal, que estáis sufriendo de alguna u otra forma.
Mis pequeños, bien sabéis que nada se da por casualidad y que si Yo estoy permitiendo esto en vuestras vidas alrededor del mundo, es para que vosotros, en vez de tomar todo esto por el mal, vosotros lo transmutéis, como lo hace Mi Hijo, todo lo malo volverlo bueno.
Sí, Mis pequeños, cuando vosotros os unís a Mi Hijo, todo aquello que puede venir como un mal hacia vuestra vida, tanto en lo físico como en lo espiritual, al estar unidos a Mi Hijo, vosotros lo podéis cambiar de malo a bueno.
A eso vino Mi Hijo a la Tierra, a cambiar todo aquello que os dañaba y volverlo bueno y, de esta forma, vencer a satanás. Cuando vosotros os unís a Mi Hijo, todo se vuelve vida, todo se vuelve amor, todo se vuelve donación, el sacrificio va dando vida a tantos y tantos hermanos vuestros que están muertos a la Gracia.
Vosotros veis en Mi Hijo el ejemplo a seguir, Mi Hijo aceptó Mi Voluntad, (Lenguas…), mucho dolor tuvo durante Su Vida y poco se Le oyó quejarse, porque vivía una vida íntima Conmigo, con Su Padre, con vuestro Dios y es a donde os quiero llevar, Mis pequeños, a que llevéis una vida profunda Conmigo, que Me ofrezcáis los sufrimientos, aunque sean pequeños.
Os quejáis de los calores, de los fríos, de las sequías, del dolor, de la falta económica, inundaciones, tantas cosas que se están sucediendo, con las que satanás os está atacando, pero lo permito, Mis pequeños, para que vosotros, os unáis a Mi Hijo, os unáis a Su Vida y para que, en el momento de vuestro sufrimiento, os acordéis de los sufrimientos con los que Él os salvó a cada uno de vosotros. Tenéis vida por Él, tenéis vida por Sus sufrimientos, tenéis vida porque Él vivía una vida íntima Conmigo y Él ofrecía todos ésos momentos difíciles y aún también los bellos por vuestro bienestar.
De esto poco meditáis, Mis pequeños, ahora es tiempo que vosotros deis vida a tantos hermanos vuestros que lo necesitan, actuando calladamente, en unión Conmigo, en unión íntima, como lo hacía Mi Hijo, en oración continua y ofreciendo todas estas adversidades que Yo voy a permitir en vuestra vida, para que se salven tantas y tantas almas que lo necesitan.
Aprended pues a sufrir en silencio, unidos a Mi Hijo y en Presencia Mía y, de esta forma, mucho ganaréis para vosotros y para vuestros hermanos y os lo agradeceré eternamente, Mis pequeños, porque este es vuestro tiempo de ser otros Cristos como os lo he dicho y os lo he pedido, para que salvéis las almas de vuestros hermanos como Mi Hijo salvó la vuestra.
Gracias, Mis pequeños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario